viernes, 26 de diciembre de 2014

Pensamientos arremolinados que embotan la mente de un alma maldita sin opciones.

Verdades a gritos calladas a golpes. Tupidos velos ocultando tragedias. Mentiras piadosas para un alma acongojada por el dolor de la existencia macabra en la casa de los horrores. No entra a razones aquel que no ve solo porque sus manos tapan sus ojos. No hay nada que hacer cuando el golpe de gracia ya ha sido asestado. Muerto el perro se acabó la rabia o eso dicen; a no ser que esta se haya contagiado a nuevos cuerpos. Habita el odio maldito tras generaciones, en corazones carcomidos por las circunstancias. No podemos más que ser espectadores, de como las acciones de individuos malvados aniquilan a aquellos de los que polvo ha quedado.

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