viernes, 13 de febrero de 2015

Tratando de insuflar esperanza y paz a un alma herida.

He estado leyendo los pensamientos y sentimientos profundos de un buen amigo, de esos que pertenece al grupo de lo que yo denomino ya familia, aunque no sea de sangre. Estoy viendo que sufre. De un dolor que muy a mi pesar he sentido en mi propio corazón, y sé como se siente. Sé como invade cada fibra de tu ser, con te ciega, como te sumerge en las tinieblas, como ocupa tus pensamientos y nubla tus días, como se aferra tu espalda y te va hundiendo lentamente, esa espina clavada, ardiente y doliente. No hace tanto que yo tuve que pasar por eso. Tengo las heridas lo suficiente recientes como para entender a lo que te enfrentas. Y sé que no es fácil. Lleva esfuerzo, sudor y tiempo, y es duro. Pero te digo una cosa: de todo se sale. Todos podemos ser los héroes de nuestra propia historia. Siempre hay un nuevo camino que recorrer. Ayer por mí y hoy por ti; la cuestión es que todos somos una piña, un clan unido en la ventura y en la desventura, y créeme buen amigo, que siempre que nos necesites, acudiremos a reconfortarte como mejor podamos.
Así que por lo pronto quiero que repitas mentalmente estas palabras conmigo. Las mismas palabras que un día usé para insuflarme fuerza y coraje a mí misma. Y estas palabras son que sí, estoy hundido, está bien; que sí, que inclusive puedo haber topado mis espaldas con los suelos de lo más profundo del abismo, que puedo tener a Lucifer susurrando en mis oídos, pero que aún así puedo tener la certeza de que voy a vencer. Porque soy fuerte. Soy decidido. Y aunque ahora sea cenizas, volveré. Soy un jodido fénix, y resurgiré más fuerte que nunca. Nada ni nadie podrá cortar mis alas, ni ponerle límite a mi felicidad.
Así que amigo, coge aire y respira. No pasa nada por sufrir a veces. Eso te hace más fuerte. Y al final, perdurará en tu vida lo que merezca quedarse, lo que te aporte buenas energías, así que no debes preocuparte por ello, solo céntrate en recuperar tu vitalidad y tu sonrisa sincera.
Con mucho amor y con abrazos de esperanza, se despide aquella que está dispuesta a tirar de ti aunque sea con los dientes para ayudarte a salir del pozo. Que sepas que no estás solo y que como yo, todos los que te queremos estamos contigo y te apoyaremos en todas y caza una de tus caídas.

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